La pintura es el arte de la representación gráfica utilizando pigmentos mezclados con otras sustancias aglutinantes orgánicas o sintéticas. En este arte se emplean técnicas de pintura, conocimientos de teoría del color y de composición pictórica, y el dibujo. La práctica del arte de pintar, consiste en aplicar, en una superficie determinada —una hoja de papel, un lienzo, un muro, una madera, fragmento de tejido, etc.— una técnica determinada, para obtener una composición de formas, colores, texturas, dibujos, etc. dando lugar a una obra de arte según algunos principios estéticos.

El arquitecto y teórico del clasicismo André Félibien, en el siglo XVII, en un prólogo de las Conferencias de la Academia francesa hizo una jerarquía de géneros de la pintura clásica: «la historia, el retrato, el paisaje, los mares, las flores y los frutos».

La pintura es una de las expresiones artísticas más antiguas y una de las siete Bellas Artes. En estética o teoría del arte, la pintura está considerada como una categoría universal que comprende todas las creaciones artísticas hechas sobre superficies. Una categoría aplicable a cualquier técnica o tipo de soporte físico o material, incluidos los soportes o las técnicas efímeras así como los soportes o las técnicas digitales.

Una parte de la historia de la pintura en el arte oriental y occidental está dominada por el arte religioso. Los ejemplos de este tipo de pintura van desde obras de arte que representan figuras mitológicas en cerámica, a escenas bíblicas del techo de la Capilla Sixtina, a escenas de la vida de Buda u otras imágenes de origen religioso oriental.

Historia de la pintura
La historia de la pintura comprende desde la prehistoria hasta la Edad Contemporánea, e incluye todas las representaciones realizadas con las diferentes técnicas y cambios, que coincide con la historia del arte en su contexto histórico y cultural.

El llamado arte parietal de pintura mural en cuevas, se concentra fundamentalmente en algunas regiones pirenaicas pertenecientes a Francia y España y en la costa mediterránea en el arte levantino, y en otras muestras inferiores que se encuentran en Portugal, Norte de África, Italia y Europa oriental. Las pinturas rupestres más antiguas conocidas se encuentran en la Cueva de Chauvet, en Francia, fechadas por algunos historiadores en unos 32.000 años, de los períodos entre el Auriñaciense y el Gravetiense. Fueron realizadas con ocre de arcilla, rojo de óxido de hierro y negro de dióxido de manganeso. También destacan las cuevas de Lascaux y Altamira. Se encuentran dibujados rinocerontes, leones, búfalos, mamuts, caballos o seres humanos a menudo en actitud de caza.​

Las imágenes que se observan en papiros o las paredes de las tumbas egipcias, desde hace unos 5.000 años, son escenas de la vida cotidiana y mitológicas, simbolizadas con los rasgos característicos de perfil y utilizando el tamaño de las figuras como rango social. En la Antigua Roma era normal decorar los muros de las casas y palacios principales y entre las mejor conservadas se encuentran las de Pompeya y Herculano. En la época paleocristiana se decoraron las catacumbas con escenas del Nuevo Testamento y con la representación de Jesús como el «Buen Pastor». Eran figuras estáticas con grandes ojos que parecían mirar al espectador. Este estilo continuó en la escuela bizantina de Constantinopla. La pintura románica se desarrolla entre los siglos XII y XIII, siendo las zonas más interesantes las del Sur de Francia y las de Cataluña, la mayoría de las veces eran temas religiosos realizados para los ábsides y muros de las iglesias con representaciones del Pantocrátor, la Virgen María y la vida de santos. En pintura gótica además de los temas religiosos se representan temas laicos principalmente en Francia e Italia, donde destacó la figura el pintor Giotto.​

En el renacimiento tuvo la pintura una gran influencia clásica, se desarrolló la perspectiva lineal y el conocimiento de la anatomía humana para su aplicación en la pintura, también en esta época apareció la técnica del óleo. Fue una época de grandes pintores entre los que destacaron Leonardo da Vinci, Miguel Ángel, Rafael Sanzio y Tiziano. En la obra de La Gioconda descuellan las nuevas técnicas empleadas por Leonardo, el sfumato y el claroscuro. Miguel Ángel realizó una de las más grandes obras pictóricas: los frescos de la Capilla Sixtina. Los artistas que más emplearon temas simbólicos fueron los del Norte de Europa encabezados por los hermanos Jan van Eyck y Hubert van Eyck. En Alemania sobresalió el pintor y humanista Durero.

La Iglesia de la Contrarreforma busca el arte religioso auténtico con el que quiere contrarrestar la amenaza del protestantismo, y para esta empresa las convenciones artificiales de los manieristas, que habían dominado el arte durante casi un siglo, ya no parecían adecuadas. Las dos características más importantes del manierismo eran el rechazo de las normas y la libertad en la composición, en los colores y en las formas, la novedad de los caravaggistas era un naturalismo radical que combinaba la observación física detallada con una aproximación, incluso teatral y dramática mediante el claroscuro, el uso de luz y sombra. Caravaggio y Annibale Carracci son dos pintores coetáneos, considerados decisivos en la conformación pictórica del barroco. La pintura barroca se caracteriza por el dinamismo de sus composiciones; se distinguieron entre otros Velázquez, Rubens y Rembrandt. En la primera mitad del siglo XVIII se impuso el rococó, más alegre y festivo que el barroco. Tuvo especial importancia en Francia y Alemania.

El romanticismo de principios del siglo XIX expresaba estados de ánimos y sentimientos intensos. En Francia el pintor más importante fue Delacroix; en el Reino Unido, Constable y Turner; en los Estados Unidos, Thomas Cole; y en España, Francisco de Goya. Con la invención de la fotografía a mediados del siglo XIX, la pintura empezó a perder su objetivo histórico de proporcionar una imagen realista; el impresionismo, con Manet como precursor, es un estilo de pinceladas sueltas y yuxtaposición de colores que busca reconstruir un instante percibido, una impresión, sin interesarse por los detalles concretos.​

El inicio del siglo XX se caracteriza por la diversidad de corrientes pictóricas: el Fovismo, que rechaza los colores tradicionales y se acerca a colores violentos; el Expresionismo, que mostraba más los sentimientos que la reproducción fiel de la realidad; el Cubismo con Georges Braque y Picasso, con la descomposición de las imágenes tridimensionales a puntos de vista bidimensionales; y la pintura abstracta, heredera del cubismo. El expresionismo abstracto se desarrolló en Nueva York entre los años 1940-1950, el Pop art llegó un poco después, con un conocido exponente en Andy Warhol. El minimalismo se caracteriza por la búsqueda de la máxima expresión con los mínimos recursos estéticos. El siglo XXI demuestra una idea de pluralismo y las obras se siguen realizando en una amplia variedad de estilos y gran estética.​

Fuente: Wikipedia

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